Seguramente te habrá pasado esto alguna vez.
Estás delante de un paisaje espectacular, majestuoso. Haces la foto. Vuelves a casa. Tienes ganas de ver la foto para recordar la escena. Ves la foto. Decepción. No dice nada.
Por ejemplo …
Es frustrante porque se supone que hacemos fotos para tener recuerdos. Pero si la foto no refleja lo que tu vista captó, no es un recuerdo; es una decepción múltiple.
Candidatos típicos a generar este sentimiento son fotos de montañas, lagos y cascadas enormes que en una foto se reducen a nada.
¿Cuál es el problema? No tenemos ningún elemento en la foto que nos haga imaginarnos el tamaño real del objeto, y así es muy difícil reproducir lo que vimos.
Si encima la foto es panorámica, la decepción es todavía mayor.
La foto es de un lago que intuimos grande simplemente por comparación con las montañas. Pero resulta difícil «meterse» en la foto y tener la sensación de estar delante de ese paisaje.
Resumiendo, es un problema perceptual.
La solución: incluye en la foto algún elemento de tamaño conocido.
En este caso las personas y el autobús ayudan a captar las dimensiones del paisaje.
Sí, sé lo que estás pensando: que la foto es de un paisaje y no quieres que salgan personas. Tú mismo. Haz la prueba de enseñarle las dos fotos a un amigo.
En la primera pondrá cara de «¿Y qué? Es un lago, ¿no?», mientras en la segunda cambiará a algo así como «¡uauu!».
Hola Jorge, soy César uno de tus alumnos de senior.
Quisiera ampliar mi conocimiento en cómo hacer panorámicas. Tú que eres hábil y sabio recomiéndame como ampliar mi escaso conocimiento.
Gracias por tus maravillosas clases en las que no sólo aprendemos, sino que además nos haces pasar unos momentos muy agradables con tu forma de impartirlas.
PD No te olvides de llevarme foto escaneada.